La combinación de análisis de suelo, modelado y geoinformación se ha transformado en una herramienta clave para optimizar la fertilización, elevar la productividad agrícola y favorecer un uso más eficiente y sostenible de los recursos naturales.
Mediante la integración de datos sobre limitantes del suelo, propiedades físicas como la densidad aparente y la concentración de nutrientes, hoy es posible elaborar mapas espaciales que muestran la disponibilidad de elementos esenciales —como el fósforo— expresados en kilogramos por hectárea.
¿Cómo calcular la cantidad de nutrientes por hectárea de un suelo? ¿Es posible transformar un resultado de laboratorio o de modelos en un indicador directo para planificar?
En esta nota, se presenta cómo integrar los valores de ppm, para el caso del fósforo (P), ya disponibles con la densidad aparente del suelo y la profundidad considerada (0–20 cm), para estimar kg P/ha en toda la provincia.
¿Qué es la densidad aparente?
En agronomía generalmente se miden los nutrientes del suelo en partes por millón ppm (mg/kg o porcentaje), pero las decisiones de manejo muchas veces requieren saber cuántos kilos de nutrientes hay por hectárea.
La densidad aparente (DA) es una medida que informa la cantidad de masa de suelo que hay en un volumen determinado, e incluye los espacios entre partículas (poros). Se expresa en Megagramos por metro cúbico (Mg/m³), que en la práctica equivale a toneladas por metro cúbico.
¿Por qué es importante? Porque si conocemos cuánta masa de suelo hay por hectárea hasta una cierta profundidad (DA) y sabemos la concentración de fósforo (en ppm o mg/kg), se puede convertir esa concentración en kilogramos de P por hectárea (kg P/ha).
Así, se pasa de un valor de laboratorio (P ppm) a una estimación más tangible (kg P/ha) para la planificación agronómica y la toma de decisiones desde una perspectiva económica
De la textura del suelo a la densidad aparente: el paso intermedio
A través del Mapa de Limitantes del suelo publicado por el INTA y el Ministerio de Bioagroindustria en el geoportal Mapas Córdoba, fue posible asignar a cada clase textural un valor típico de densidad aparente, siguiendo referencias internacionales y nacionales (USDA, FAO, INTA).
Clase textural | DA (Mg/m³) |
Arenoso franco | 1.47 |
Arenoso | 1.55 |
Franco arenoso | 1.40 |
Franco | 1.20 |
Franco limoso | 1.15 |
A partir de la textura del suelo y las referencias de DA, fue posible elaborar el siguiente mapa de densidad aparente de la provincia de Córdoba.

Imagen 1. Valores de referencia de densidad aparente utilizados en función de la textura superficial de los suelos en la provincia de Córdoba.
El mapa presenta la distribución espacial de la densidad aparente del suelo expresada en toneladas métricas por metro cúbico (DA, t/m³) en la provincia de Córdoba. De su lectura se desprende lo siguiente:
- Valores bajos (<1.15 t/m³, en verde oscuro): suelos con mayor contenido de materia orgánica y mejor estructura, con predominio de porosidad. Son ambientes más sueltos y aireados, típicos de zonas con mejor provisión de agua o mayor cobertura vegetal.
- Valores intermedios (1.2–1.47 t/m³, en tonos amarillos): corresponden a suelos francos o franco limosos, con densidad moderada. Representan condiciones balanceadas entre aireación y retención de agua, muy aptas para la producción agrícola. Sin embargo, según la Guía para la evaluación de la calidad y salud del suelo (USDA, 1999) DA mayor a 1.4 en suelos franco limosos hablan de condiciones de compactación, limitantes para el crecimiento de las plantas.
- Valores altos (>1.55 t/m³, en rojo): indican suelos más compactados, con menor porosidad y mayor resistencia mecánica a la penetración de raíces. Estas condiciones suelen presentarse en sectores áridos o con texturas arenosas y arcillosas compactas, limitando la infiltración del agua y el desarrollo.
De la densidad aparente al stock de fósforo disponible en kg/ha
Para estimar la cantidad real de fósforo en los primeros 20 cm del suelo (kg P/ha), se integraron tres elementos clave:
- Densidad aparente (DA), valores de referencia en función de la textura superficial de los suelos en la provincia de Córdoba, obtenidas dichas texturas del geoportal de Mapas Córdoba “Limitantes del suelo”.
- Concentración de fósforo (ppm), extraído del grupo de mapas “Propiedades del suelo” del geoportal Mapas Córdoba, generados mediante un modelo de Quantil Regresion Forest (QRF) que predice el fósforo disponible en ppm con base en un conjunto de variables espaciales.
- Parámetros físicos del suelo, como la profundidad analizada (0,2 m) y el área de una hectárea (10 000 m²). que se refleja en la siguiente fórmula:

Donde:
P (ppm) proviene del modelo QRF de Mapas Córdoba.
DA (Mg/m³) fue asignada según la textura del suelo.
Profundidad (m) se refiere a la capa considerada (20 cm = 0,2 m).
10 000 (m2) equivale a los metros cuadrados en una hectárea.
La división por 1.000 convierte el resultado a kilogramos de fósforo por hectárea.
Este cálculo permite transformar valores de laboratorio (ppm) en una estimación tangible (kg P/ha), visualmente representada en el siguiente mapa de fósforo disponible.

Imagen 2. Mapa de estimación de fósforo disponible en el suelo de la provincia de Córdoba en el área cultivable.
En el mapa se observa un gradiente espacial:
- Valores bajos (<45 kg/ha, en tonos rojos): predominan en amplias zonas del centro y sur provincial, lo que indica una menor disponibilidad de fósforo para los cultivos.
- Valores intermedios (45–60 kg/ha, en amarillos y verdes claros): cubren sectores de transición.
- Valores más altos (>65 kg/ha, en verde intenso): se localizan principalmente en el noreste y algunos puntos del centro-este, asociados a suelos más fértiles y con mayor acumulación de nutrientes.
Datos integrados para la toma de decisiones
A partir de la integración de capas de limitantes del suelo, el uso de propiedades físicas (como densidad aparente) y concentración de nutrientes, es posible generar mapas espaciales de disponibilidad de elementos como el fósforo expresado en kg ha⁻¹.
Este enfoque permite cuantificar la distribución de los nutrientes en el área cultivable y evaluar su potencial contribución al desarrollo de los cultivos.
La información derivada de estos mapas ofrece múltiples aplicaciones, como orientar la planificación de muestreos de manera más eficiente y focalizada; identificar áreas con limitaciones nutricionales que requieren intervención prioritaria; apoyar la formulación de políticas públicas relacionadas con el manejo sostenible del suelo; y fortalecer la toma de decisiones agronómicas fundamentadas en evidencia espacial.
En conjunto, la combinación de análisis de suelo, modelado y geo información proporciona una herramienta para optimizar la fertilización, mejorar la productividad y promover un uso más eficiente y sustentable de los recursos edáficos.
Colaboración:
Ing. Agr. María Celeste Gregoret,
Universidad Católica de Córdoba (UCC)
Mgter. Est. Ap. Federico Monzani,
IDECOR