En las últimas cuatro campañas agrícolas, el Ministerio de Bioagroindustria de la Provincia y el INTA Regional Córdoba, con el apoyo técnico de IDECOR, implementaron una metodología para generar información sobre la producción agrícola, cuyos resultados se plasman en los Mapas de Estimaciones agrícolas de soja y maíz 2020/21, 2021/22, 2022/23 y 2023/24.
Se trata de un modelo de predicción de rendimiento para cultivos de soja y maíz a nivel semi-predial, en una grilla de 500 x 500 metros (equivalente a 25 hectáreas), que permite analizar la producción con un mayor nivel de detalle.
La metodología emplea modelos de aprendizaje computacional basados en árboles de decisión, como Random Forest y otros enfoques afines. Estos métodos permiten analizar también variables agroclimáticas, índices de vegetación y datos de manejo, que ayudan a mejorar las estimaciones.
El estudio sostenido de las estimaciones agrícolas durante las últimas campañas permite analizar y comprender la producción en nuestra provincia y contar con información para la toma de decisiones.
Uno de los análisis que se pueden realizar a partir de estos datos y de otros disponibles en la IDE provincial, como las Cartas de Suelo, es el rendimiento en función de unidades espaciales definidas por su capacidad de uso.
La capacidad de uso del suelo indica la aptitud del suelo para la producción agrícola en función de factores como textura, drenaje, pendiente y riesgo de erosión. Agrupa los suelos en distintas categorías, desde aquellos sin limitaciones significativas hasta los que presentan restricciones severas, más adecuados para otros usos.
Rendimientos y capacidad de uso del suelo
En una primera instancia, se realizó un análisis general de las cuatro campañas agrícolas y los rendimientos de maíz y soja según la capacidad de uso del suelo.
Para cada categoría, se calcularon la media y el coeficiente de variación del rendimiento, lo que permite evaluar tanto el nivel de productividad como la estabilidad de los rendimientos en cada tipo de suelo.
Capacidad de uso | Maíz | Soja | ||
Media | Coef. Var | Media | Coef. Var | |
I | 91 | 26% | 35 | 29% |
II | 81 | 28% | 32 | 29% |
III | 69 | 24% | 27 | 32% |
IV | 64 | 25% | 26 | 30% |
V | 80 | 26% | 29 | 31% |
VI | 64 | 24% | 26 | 30% |
Tabla 1. Rendimientos de maíz y soja según la capacidad de uso del suelo (2020/21 a 2023/24).
Los resultados muestran una clara relación entre la capacidad de uso del suelo y los rendimientos promedio de maíz y soja. En general, los suelos de mejor capacidad de uso (Clase I y II) presentan los rendimientos más altos para ambos cultivos, con promedios de 91 qq/ha y 81 qq/ha en maíz, y 35 qq/ha y 32 qq/ha en soja, respectivamente.
A medida que la capacidad de uso disminuye (Clases III a VI), los rendimientos también tienden a reducirse. En el caso del maíz, los suelos de Clase III a VI presentan valores de entre 64 y 69 qq/ha, mientras que para la soja los rendimientos oscilan entre 26 y 27 qq/ha.
La Clase V es especial, ya que agrupa suelos planos con riesgo a inundación y/o presencia de piedras, pero no sigue el gradiente negativo de las otras clases. En la provincia de Córdoba son pocos los suelos que pertenecen a esta clase por ende los casos de cultivo son menos.
El coeficiente de variación (CV) permite analizar la estabilidad del rendimiento en cada categoría. En el caso del maíz, el CV oscila entre 24% y 28%, mientras que para la soja varía entre 29% y 32%, lo que indica una mayor variabilidad en este último cultivo. En general, se observa una relativa estabilidad en los rendimientos en función de la capacidad de uso del suelo.
En síntesis, los datos reflejan que los suelos con mejor capacidad de uso no solo presentan mayores rendimientos promedio, sino que también tienden a ser más estables a lo largo de las campañas. En contraste, en suelos de menor calidad, la variabilidad en los rendimientos es mayor, lo que sugiere un impacto más fuerte de factores ambientales y de manejo.
Distribución de los rendimientos
El mapeo de la distribución espacial de los rendimientos promedio de soja y maíz según la capacidad de uso del suelo, resulta clave para comprender cómo las condiciones edáficas influyen en la productividad agrícola y la estabilidad de los rendimientos en las diferentes campañas.

Imagen 1. Distribución espacial de los rendimientos promedio de soja y maíz en la provincia de Córdoba.
Nota: Los mapas representan el área cultivable de la provincia de Córdoba, excluyendo los suelos de clases VII y VIII. Los suelos de clase VII son aptos solo para pastoreo o forestación con restricciones, mientras que los de clase VIII no tienen uso productivo.
Los mapas ilustran la distribución espacial de los rendimientos promedio de soja y maíz en la Provincia, categorizados según la capacidad de uso del suelo. Se destacan las diferencias en la productividad agrícola en función de las condiciones edáficas, donde las áreas con mayor aptitud muestran rendimientos superiores, mientras que en suelos con restricciones los valores son menores.
El coeficiente de variación, aplicado sobre los rendimientos, permite analizar no solo los valores promedio, sino también su estabilidad a lo largo de las campañas.
En la imagen se observa que las zonas con menor capacidad de uso del suelo presentan una mayor variabilidad en los rendimientos, lo que indica una mayor exposición a factores ambientales adversos.
Esta información es clave para comprender cómo las características del suelo influyen en la productividad agrícola y en la previsibilidad de los rendimientos, aspectos fundamentales para la planificación de la producción y la gestión del riesgo en el sector agropecuario.
Los rindes en las últimas campañas
Si se examina la evolución de los rendimientos a lo largo de las cuatro campañas agrícolas en función de la capacidad de uso del suelo, se pueden identificar tendencias en la productividad de maíz y soja según cada categoría de suelo, lo que demuestra la influencia de las condiciones edáficas en la respuesta del cultivo, ante distintos factores ambientales.
A través de la comparación temporal, se pueden detectar patrones de estabilidad o variabilidad en los rendimientos, así como posibles impactos de eventos climáticos o sanitarios en determinadas zonas.
Gráfico 1. Evolución de los rendimientos de maíz y soja, según Capacidad de uso del suelo (2020/21 a 2023/24).
En los gráficos se observa una caída generalizada de los rendimientos en la campaña 2022-23, seguida de una recuperación en la campaña 2023-24. Además, se evidencia que los suelos de mejor capacidad de uso (Clases I y II) no solo presentan mayores rendimientos en promedio, sino que muestran una mejor recuperación en la temporada 2023-24.
Estos resultados refuerzan la importancia de la calidad del suelo en la resiliencia productiva de los cultivos y proporcionan información clave para la toma de decisiones en la planificación agrícola.
Si te interesa conocer más sobre estos datos y la metodología desarrollada, podes contactar con el equipo de la Secretaría de Agricultura de la Provincia de Córdoba al teléfono 434-21443/48 int 6262 o al correo electrónico [email protected].
Para conocer más sobre las Cartas de suelo, también podés consultar al equipo de Cartografía de Suelos y Evaluación de Tierras, del Grupo Manejo de Cultivos y RR.NN., Área de Agronomía de INTA Manfredi, Geól. Mauro Lanfranco e-mail: [email protected] e Ing. Agr. Lautaro Faule e-mail: [email protected].
Para conocer más sobre el trabajo de la IDE provincial, escribinos a [email protected]. Para informarte sobre las novedades de IDECOR, suscribite para recibir nuestro boletín y seguinos en Instagram y Linkedin.
Colaboración:
Ing. Agr. María Celeste Gregoret,
Universidad Católica de Córdoba (UCC)
Mgter. Est. Ap. Federico Monzani,
IDECOR