Cómo calcular el valor de una variable por parcela

Para llevar adelante múltiples estudios sobre la distribución espacial de diversas variables, la Infraestructura de Datos Espaciales de la Provincia de Córdoba implementa una grilla regular de 500 metros por 500 metros, que abarca la totalidad del territorio provincial. 

Dicho enfoque ha permitido la subdivisión del mapa de la provincia en unidades espaciales de 25 hectáreas, sobre las cuales se realizan cálculos de diversas variables objetivas relacionadas con el sector agropecuario. 

A su vez, los mapas cuentan con una capa de Catastro de aproximadamente 155 mil  parcelas rurales existentes en toda la provincia.

Algunos de estos estudios, que se reflejan también en cartografías continuas y abiertas, son los mapas del Valor de la tierra rural, el mapas del Valor de arrendamientos rurales y los mapas de Estimaciones agrícolas, disponibles en el geoportal oficial de la provincia.

Te contamos sobre algunas metodologías que pueden servir para calcular los valores de diversas variables en una grilla regular de 25 hectáreas y cómo se estiman para una parcela. La grilla contiene a las parcelas y actúa como una red de contención, de manera análoga a la red de protección utilizada por los equilibristas en el circo. 

A grandes rasgos, podemos definir tres métodos utilizados, que describiremos desde los más simples hasta los más complejos.

El primer método consiste en calcular el promedio simple de los cuadrados de 25 hectáreas que están completamente dentro de una parcela. Para esto, se suma el valor de todos los cuadrados incluidos enteramente dentro de la parcela (vcei) y se divide esta suma por el número total de cuadrados considerados (ncei)

vcei: valor de cuadrados enteramente incluidos en la parcela

ncei: número de cuadrados enteramente incluidos en la parcela

El segundo método implica calcular el promedio simple de los cuadrados de 25 hectáreas que están en contacto con la parcela. Para ello, se suma el valor de todos los cuadrados que tocan la parcela (vct) y se divide esta suma por el número total de cuadrados considerados (nct).

vct: valor de los cuadrados que tocan la parcela

nct: número de cuadrados que tocan la parcela

El tercer método implica calcular el promedio ponderado de la superficie que ocupa un cuadrado de 25 hectáreas en la parcela. Esto se logra mediante la suma de la proporción que ocupa cada cuadrado en la parcela (wi), multiplicada por el valor del cuadrado (v). La proporción que ocupa cada cuadrado en la parcela (wi) se calcula dividiendo la superficie del cuadrado i, que está dentro de la parcela entre la superficie total de la parcela.

wi = es la superficie del cuadrado i que entra en la parcela
sobre la superficie total de la parcelas,
es decir: 

En busca del ‘método correcto’

Al comparar los tres métodos considerados para calcular el valor de una variable para una parcela, y suponer que el método 3 ‘promedio ponderado’ es el que más se ajusta a lo que se considera correcto, se puede observar que no existen diferencias significativas entre el método 1 y el 3, y el método 2 y el 3 para los siguientes casos.

  • Método 1 comparado con el método 3 (cuadrados enteramente incluidos en la parcela vs. promedio ponderado): la diferencia es del 0.58%.
  • Método 2 comparado con el método 3 (cuadrados que tocan la parcela vs. promedio ponderado): la diferencia es del 3%.

Es decir, la máxima diferencia entre el método que se supone ‘correcto’ (método 3) y un método de rápida resolución es del 3%. En este sentido, surge la pregunta acerca de cuán necesario es complejizar con el uso del método 3, ya que este supone obtener superficies, proporciones y utilizar promedios ponderados. Mientras que los otros dos métodos utilizan el promedio simple.

Principio de parsimonia: la opción más simple

En la ciencia en general, y en la estadística en particular, se fomenta el uso del principio de parsimonia, que implica la preferencia por la explicación más simple y directa entre diferentes métodos o modelos de cálculo. 

Esto sugiere que, entre varias explicaciones posibles de un fenómeno observado, la más simple, práctica y rápida suele ser la mejor opción. Dicho de otro modo, cuando existen múltiples enfoques para entender un fenómeno, es conveniente aquel que requiera menos suposiciones o elementos adicionales. Por ejemplo, en el contexto estadístico, al aproximarse a la interpretación de un fenómeno observado, como el valor de la tierra rural de una parcela, se tiende a favorecer métodos más simples sobre modelos más complejos, siempre y cuando estos últimos logren una aproximación adecuada a la interpretación del objeto de estudio.

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Colaboración:
Mgter. Est. Ap. Federico Monzani,
Ing. Agrim. Facundo Mariño,
Prof. Guillermo Gómez,
IDECOR

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Etiquetas: Agro