Colaboración:
Biól. Ezequiel Pozzi Tay
IDECOR
11 de enero de 2023
En noviembre pasado se llevó a cabo la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27, que reúne a representantes de más de 200 Estados y organismos internacionales, que forman parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). En estas conferencias, las partes examinan la aplicación de la CMNUCC y buscan alcanzar acuerdos para avanzar en una agenda común para la reducción de los efectos del cambio climático.
Se trata de un evento de gran importancia política, en el que participan los mayores emisores de gases de efecto invernadero, así como las naciones más vulnerables al cambio climático que, en general, son las que menos aportan al problema.
Imagen 1. Sesión de apertura de la COP27 celebrada en Egipto.
Tras una larga negociación, este año se logró establecer un fondo para que los daños y pérdidas sufridas por países pobres a causa del calentamiento global sean pagados por los países más desarrollados y contaminantes. Más allá de este hito, reclamado desde hace años por numerosos estados, no hubo avances significativos en las metas de reducción de emisiones, ni un compromiso concreto por parte de los principales emisores, a pesar de las recomendaciones realizadas en los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
La posición Argentina
La Secretaría de Cambio Climático de Argentina presentó tres planteos de nuestro país en las negociaciones: más fondos para la acción climática a nivel local, financiamiento específico por pérdidas y daños, y mayor énfasis en la agenda de adaptación.
Respecto a este último punto, es de destacar que este año se logró el primer Plan Nacional de adaptación y mitigación al 2030, para el cual se estima se necesitarán US$ 185.000 millones e incluye más de 250 medidas concretas y cuantificables, que van desde el incremento de las energías renovables, como la eólica y la solar, hasta el manejo de ganadería integrada con bosques.
¿Qué lugar ocupa la información geográfica?
Estas iniciativas requieren de información técnica y científica para diseñar acciones, orientar esfuerzos y monitorear el avance de los planes y programas específicos. Entre los múltiples tipos de datos que se requieren, la información geoespacial puede ampliar considerablemente las capacidades de gestión y vigilancia a escala local, nacional, regional y mundial.
En este contexto, las IDE a través de la cooperación interinstitucional, cobran un rol destacado al armonizar, integrar y publicar información geográfica de calidad de una jurisdicción, la que se torna imprescindible para la toma de decisiones y la implementación de políticas públicas orientadas a mitigar los efectos del Cambio Climático.
El Marco Integrado de Información Geoespacial (IGIF) ofrece puntos de partida para que organismos y gobiernos de múltiples niveles vinculen sus planes de transformación digital y producción de este tipo de información, con las agendas nacionales y locales. En esa línea, el Comité de Expertos de las Naciones Unidas sobre la Gestión de la Información Geoespacial Global ha analizado cómo se vinculan y en qué grado, los datos geográficos clave con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre los principales conjuntos temáticos, destacan: áreas administrativas, nombres geográficos, distribución de la población, cobertura y uso del suelo, y geología y suelos (Imagen 2).
Imagen 2. Cómo se relacionan los ODS con los principales conjuntos de datos geoespaciales.
Fuente: Hadley, C. 2018, World Geospatial Information Geospatial 2018.
IDECOR, junto a distintos organismos provinciales, pero también nacionales (INTA Córdoba, CONAE, entre otros) y gobiernos locales, viene desarrollando una vasta cantidad de recursos abiertos en este sentido. El portal MapasCórdoba dispone de datos y webserivice sobre uso de la propiedad (catastro y construcciones, en conjunto con municipios y comunas), cobertura y usos del suelo, cultivos, recursos hídricos, infraestructura vial, transporte, riesgos, asentamientos humanos, características del suelo, entre otros temas (Imagen 3). Algunos ejemplos de esta información se presentaron en la nota anterior ¿Estuvo la Información Geográfica presente en la COP26?
Vale destacar el trabajo con la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático y Catástrofes de la Provincia de Córdoba, en la cartografía de áreas quemadas y el programa Mapas de Riesgo locales. Estos datos son claves en la generación de políticas públicas vinculadas a la prevención y reducción de daños causados por el cambio climático.
Del mismo modo, el trabajo con el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia, en el mapeo de cultivos y estimaciones agrícolas a nivel casi predial, lo que permitiría evaluar el grado de uso del recurso suelo o el impacto económico de eventos meteorológicos extremos, entre otros casos de aplicación.
También es muy importante la política de datos abiertos que viene implementando en áreas como el Catastro Provincial y la Administración Provincial de Recursos Hídricos (APRHI), gracias a las cuales, dichos datos e integrados con otras temáticas, pueden encontrarse en el geoportal provincial.
Imagen 3. Algunos recursos de MapasCórdoba: Fragmentación urbana, Recursos hídricos, Cobertura de suelo y Riesgo de incendios a nivel local.
Para más información sobre MapasCórdoba o si te interesa sugerir algún mapa o estructura de datos a publicar, escribinos a [email protected].
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